¿Hoygan? ¿Hoigan? ¿Ai alguen hai?
Este es un claro ejemplo de lo que es un «hoygan». Hoy en día mucha gente participa con sus comentarios, experiencias, opiniones en muchas de las webs que hay en Internet. Esto ha dado lugar a que haya gente que descuide su modo de escribir hasta el punto que no sólo se cometen fallos ortográficos sino que incluso se deforma completamente el mensaje y se convierte en incomprensible.
¿Incultura, despiste, estilo, exceso de velocidad? Las causas de este fenómeno pueden ser varias, pero el hecho es que cada vez hay más «hoygans» por ahí sueltos…
El problema mayor se da cuando este fenómeno sucede en blogs o páginas corporativas en las que es la propia marca la que publica y redacta contenidos con fallos que además de hacer daño al ojo apuñalan su imagen y reputación. Y simple despiste puede convertirse en un blanco perfecto y las redes sociales su mayor un propicio escenario para ser masacrado.
Todos somos humanos y todos podemos cometer fallos ortográficos pero revisar y corregir todo aquello que se redacta en una pieza corporativa, publicitaria u otras, es una de las tareas que no hay que menospreciar.
Como se suele decir: cuatro ojos ven más que dos. Aunque una persona haya revisado la redacción de los textos en busca de faltas de ortografía, o de estilo, siempre es aconsejable pedir una segunda revisión a otra persona. Así que cuida siempre y respeta la ortografía.